12 septiembre 2009

Capítulo 1: Caza y sangre

Y hay íbamos Gina, killian y yo, Erika. Estábamos de caza como siempre, Y de repente algo brillante paso por delante de nosotros.

- ¡¡¡Cojéelo¡¡¡- le grite a killian. Pero se le escapo. Así que corrí y lo atrapé.

-¿Dónde está?- le pregunte. Era un ángel no de mucho rango pero un ángel al fin y al cabo. Mm su sangre era deliciosa aunque un poco empalagosa pero me gustaba. Él no respondió así que le atravesé un ala con mi espada. -¿Estás sordo maldito ángel? dime donde está o te corto las alas aquí mismo y te uso para cenar.-

Era un chico con el pelo blanco y ojos ámbar, claro a los ojos de los humanos no se ven así, solo unos cuantos tienen don para verlos y por supuesto son vampiros. Al igual que ellos, los Ángeles nos distinguen a nosotros por un pequeño tatuaje que tenemos todos en la nuca. Que los humanos no ven, pero ellos sí. El mío era diferente al de los demás los demás tenían una estrella y yo tenía una especie de alas, un poco raras pero me gustaban. Tengo el pelo largo negro como la noche y los ojos verdes como las piedras preciosas, tengo un buen cuerpo musculado y de buena estatura, lo que me hacia ser una de las mejores cazadoras de la hermandad. Llevaba tiempo buscando a un ángel de alto rango, que por encima de él solo estaba Dios. Así que lo quería, tenía que quitarlo de en medio. Me estorbaba a mí y a mi hermandad.

Nunca lo había visto, pero si capturaba a un ángel o un hada o un brujo o bruja blanca, los torturaría hasta que me dijeran donde se esconde. Pero estos malditos seres nunca traicionarían a Izan, que así se llama. Pero lo encontraré y cuando eso suceda deseará no haberse escondido tanto tiempo.

El ángel no hablaba así que le mordí en el cuello. Mmm... Pensaba que me iba a desmayar, que dulce su sangre… y que olor a luz, agua, tierra.

-Vamos a haber, dime donde está -se intentó poner en pie.

-Nunca lo encontrarás y si así fuera ten en cuenta que no pasará nada de lo que planeas.- no me lo creo un ángel diciéndome lo que me pasará.

- Basta, ya me he cansado de tanto juego. Dile a izan que Erika lo busca, que se esconda bien- puso cara de alivio cuando le di el mensaje para izan. -Bueno espera un momento, mejor no le digas nada, que tengo más hambre.- Su cara se puso pálida y el color de sus ojos cambio a marrón y dejo de brillar, bueno que me importaba uno menos, y yo había quedado satisfecha.

-Mira que eres mala. jajajaja-me dijo Gina.

-¿Yo? ¿Por qué? Solo tenía hambre-

-Eres una glotona te encanta la sangre de ángeles-

-Pues si además tenía hambre. jajajaja-

Killian me miraba mientras hablaba con Gina. Él es muy guapo. Ya habíamos tenido nuestro momento, pero no quería nada serio con él. Él es guapo, ya lo creo, moreno con ojos negros como el azabache, una piel blanca como el marfil. Además me gustaba que me mirara cuando pensaba que yo no lo veía, me hacia recordar los momentos que habíamos tenido juntos en mi cama de día, de noche, a todas horas.

-Erika cada día me gustas mas-me dijo killian acercándose a mí.

-¿Sí? ¿Y por qué?-le pregunté.

-Por esa maldad que tienes, esos ojos, ese cuerpo. Todavía sueño con que me aceptes para compartir la eternidad contigo.-Me dijo.

-Ah, eso no lo he pensado. –

-Pues deberías. Tu madre dijo que después del baile de la noche de la hermandad tendrías que tener un candidato.-Dijo Gina

-Lo sé, pero es que no se si quiera pasar la eternidad con nadie y sustituir a mi madre.

-Pues ve pensándolo, sabes cuál es el castigo.- Y Gina se fue.

Mierda no me acordaba de el baile de la noche, mi madre issabella Marconi, y mi padre marcus angio, tenían una tradición familiar. Cuando su hija cumplía 18 le cederían su puesto de líderes de la hermandad. No había ninguna familia más poderosa. Eso sí con marido incluido por supuesto para pasar toda la eternidad juntos. Al menos podía elegirlo yo, menos mal, pero aun así de no aceptar el castigo es claro, pena de muerte.

Creo que por eso me estaba volviendo más despiadada. Nunca es que haya sido una niña buena. Se me conoce por mi crueldad, y eso me gusta. Aun que por la frustración de tener que casarme, y la presión de tener que dejar de cazar, eso no me gusta y eso era algo que no podía permitirme, por lo menos hasta que tuviera a izan.

-Oye esperadme, ¿no?-pero cuando mire ya se habían ido.

¿Un momento quien es ese? Pensé. No lo había visto nunca. Es un vampiro, ¿Qué hará aquí? voy a preguntarle, pero eso si espada en mano por supuesto, no me fio de alguien que no conozco.


-Hola, ¿qué haces por aquí?- le pregunte con la espada en su garganta.
-Soy nazan y solo estoy de paso-

-Pues ya te estás largando de mi territorio.- Su cara empezó a ponerse más blanca y a mirarme con ojos que me decían que iba a tener que pelear, bueno estaba dispuesta.

-No he venido a pelearme, he venido por ti.- Dijo mirándome de arriba abajo con cara de querer quitarme la ropa.
-¿Por mí? ¿Por qué? -Estaba un poco asombrada. Dios era guapo hasta la saciedad, moreno con ojos azules casi transparentes como el océano. Y por lo que podía ver tenia músculos que se le marcaban por debajo del jersey.

-Porque estás buscando a mi hermano.-

-Yo no cazo vampiros, deberías saberlo.-

-Lo sé mi hermano es un ángel, su nombre es Izan.- Joder no puede ser un vampiro y un ángel hermanos. No puede ser, ¿Como había podido caer mi raza tan bajo?

-No me mientas, no me gusta que jueguen conmigo. Déjate de tonterías y dime la verdad, o te mato aquí mismo.-Le dije con mi espada penetrando en su pecho. Salía un poco de sangre pero no mucha, todavía.

-No miento, es cierto y lo busco por la misma razón que tú. Para matarlo. Y así poseeré todo lo que él tiene. Y para encontrar a la chica con la que sueña, la haré mía y él lo verá. Lo mantendré delante viendo como la poseo mientras el agoniza.-

-Wow, creo que nos llevaremos bien tu y yo. Y por tu bien espero que no me mientas o lo que te haré será algo con lo ni siquiera has soñado en hacerle a tu hermano cuando lo cojas.-Le dije. Saqué mi espada de su pecho y me quede mirándolo de cerca. No puede ser, tiene el mismo tatuaje que yo, unas alas pero ¿Cómo es posible? Le preguntaré después de que el sol salga. Y debo dejar la caza para mañana. Pero mañana, no sé porqué, pero creo que tendré suerte con izan.

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